Menú
MARXISMO EN EL EMBARAZO

Alien

A pesar de la caída del muro de Berlín, el marxismo sigue teniendo una alta presencia, no solamente porque siga habiendo algunas tiranías comunistas, sino porque en forma de usos sociales y en la mentalidad dominante están presentes muchos de sus postulados. La interpretación de la historia desde la dialéctica materialista ha pasado a ser, en buena medida, una vigencia social, una de esas creencias que indiscernidamente funcionan en nuestra vida y nos hacen ver la realidad con una determinada tintura. Pero la lucha de clases es, sin duda, la estrella de entre los mitos operativos del marxismo.

A pesar de la caída del muro de Berlín, el marxismo sigue teniendo una alta presencia, no solamente porque siga habiendo algunas tiranías comunistas, sino porque en forma de usos sociales y en la mentalidad dominante están presentes muchos de sus postulados. La interpretación de la historia desde la dialéctica materialista ha pasado a ser, en buena medida, una vigencia social, una de esas creencias que indiscernidamente funcionan en nuestra vida y nos hacen ver la realidad con una determinada tintura. Pero la lucha de clases es, sin duda, la estrella de entre los mitos operativos del marxismo.
El embarazo como lucha de clases

Esta forma de ver las cosas es manifiestamente clara en buena parte del ecologismo y del feminismo, pero no solamente. Opiniones sobre los más diversos ámbitos de la vida están teñidos por este punto de vista y no es extraño leer artículos en los que, por ejemplo, la vida intra-eclesial o la relación de la Iglesia con el resto de la sociedad es entendida desde allí. El caso es que no sería difícil sorprender a algún amigo o compañero hablar de algo cotidiano con ese trasfondo de lucha. Por supuesto, nuestro interlocutor estará situado en el bando de los buenos, con lo cual, los partícipes de la conversación no necesitarán ninguna indicación expresa ni demostración para saber que los que no están alineados con el bueno, automáticamente son los malos e injustos opresores, sobre los que recaerá la carga de probar lo contrario. A veces no hace falta decir nada, es suficiente con la estética; quien no comparta la misma automáticamente se entiende que es de los malos. Así funcionan las vigencias sociales, como son creencias que operan desde el inconsciente, no es necesario demostrarlas, actúan de manera automática e instantánea.

C. Zimmer escribía recientemente en The New York Times un artículo sobre las investigaciones de D. Haig sobre el embarazo y lo titulaba La silenciosa batalla del embarazo. En él encontramos afirmaciones como éstas: "Una madre y su hijo no nato se enzarzan en una lucha inconsciente por los nutrientes que la primera le aporta" o "Haig concibe el embarazo como un tira y afloja". ¿Qué pensar de tal forma de concebir el embarazo? D. Haig se da cuenta de las posibles críticas y, por ello, se cura en salud diciendo: "No estoy hablando de conductas conscientes, en absoluto. Sólo me interesan estos mecanismos y por qué se han desarrollado". Alien, el famoso monstruo intergaláctico, una vez implantado en un humano, también actuaba inconscientemente, se limitaba a seguir su instinto. Este biólogo evolutivo de Harvard da la impresión de caer en una de las falacias más extendidas de nuestra época, creer que porque se manejan datos científicos hay neutralidad. ¿Por qué introducir para la interpretación de la información que maneja un esquema de lucha, aunque sea matizado por la inconsciencia? ¿No se podrían haber interpretado desde un esquema de diálogo inconsciente entre madre e hijo, de petición de ayuda y respuesta oblativa, aunque fuera inconsciente?

Evidentemente el esquema interpretativo que yo propongo tampoco es neutral ni quiero que lo sea. Uno tiene que intentar no ser partidista, es decir, no tomar partido por alguien al margen de la verdad y la justicia, pero no veo por qué lo de la neutralidad. Entre el bien y el mal no se debe ser neutral, hay que apostar por el bien y por lo que sea incremento de humanidad y de vida. Pero además, ¿acaso las relaciones materno filiales conscientes no se ajustan más a mi postura? En medio de una sociedad impregnada por lo que muy acertadamente Juan Pablo II llamaba la cultura de la muerte, en un mundo en el que el horizonte de la vida perdurable se desdibuja y no nos queda más que la presente, la interpretación de un embarazo en términos de lucha no es de extrañar que favorezca la visión del feto como un Alien que no solamente me quitará la posibilidad de irme a las Antillas de vacaciones en el futuro, sino que desde el primer momento me va comiendo las entrañas. Yo sigo pensando que mejor que un Alien, algo ajeno, el feto es lo propio para, en diálogo, irse haciendo. Apostar por la vida supone apostar por interpretarla también vitalmente.
0
comentarios