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CINE ESPAÑOL

Cuando los estudios desmienten la realidad

Somos muchos los que nos hemos llenado de estupor, divertido estupor, al leer los resultados del informe sobre la imagen del cine español en la sociedad española, desarrollado por METROSCOPIA y dirigido por José Juan Toharia y Pilar Bartolomé. Este documento fue encargado por EGEDA, la Entidad de Gestión de Derechos Audiovisuales de los Productores. La conclusión más desternillante es esta: "El 61% de los españoles califica el cine español como bueno o muy bueno".

Somos muchos los que nos hemos llenado de estupor, divertido estupor, al leer los resultados del informe sobre la imagen del cine español en la sociedad española, desarrollado por METROSCOPIA y dirigido por José Juan Toharia y Pilar Bartolomé. Este documento fue encargado por EGEDA, la Entidad de Gestión de Derechos Audiovisuales de los Productores. La conclusión más desternillante es esta: "El 61% de los españoles califica el cine español como bueno o muy bueno".

No se nos ocurre pensar que estos veteranos profesionales que son Toharia y Pilar Bartolomé hayan falseado los resultados de las encuestas, pero es obvio, evidente y manifiesto para cualquiera que viva en este país que esas afirmaciones son contrarias a la realidad, y desmienten incluso los datos de recaudación del cine español. Probablemente las preguntas no estaban bien formuladas, o el colectivo de encuestados no era nada representativo o sencillamente, por alguno de esos recovecos algebraicos de la estadística, se han deducido conclusiones ilógicas e injustificadas. También pudiera ocurrir que los encuestados se hayan burlado de los encuestadores, pero esto es menos probable.

El hecho es que existe un divorcio creciente entre el público y el cine español, que ni siquiera las películas buenas (pensemos en las recientes La Verguenza o Cher ami) se sanean en taquilla, y que sólo bodrios como Mentiras y Gordas hacen caja para sonrojo de la industria española; en realidad únicamente un pequeño porcentaje del cine español anual es visitado por el público. Pero analicemos el informe, donde se pueden encontrar algunas de las claves de sus paradojas.

En primer lugar el informe parte de un hecho cierto: a los españoles les gusta el cine. Pero la encuesta pregunta sobre el consumo en televisión, en salas o en DVD. ¡Ni una palabra sobre las descargas de internet, que es una de las formas más extendidas de consumo de cine actualmente! Aunque sea ilegal, si se quiere hacer un informe que refleje la realidad, es obligatorio tenerlo en cuenta. La segunda afirmación es claramente sospechosa: el 32% ve cine español con mucha o bastante frecuencia. ¿Van al cine gratis? Porque no se explica entonces el fracaso económico de nuestro cine. Porque lo que está claro es que la gente no se descarga cine español desde internet, sino americano principalmente.

Pero la tercera afirmación es la clamorosamente chocante. Dice así: "La realidad es que el 61% de los españoles opina que nuestro cine, globalmente y en conjunto, es bueno o muy bueno [...] Y los motivos por los que el cine español gusta a una amplia mayoría son los actores, los directores y los argumentos y guiones". Sencillamente, esto no es posible. Pero el informe nos ofrece un desglose enjundioso: Según la encuesta, el 80% cree que el cine español debería tener más en cuenta los gustos de los espectadores españoles. ¿Cómo se casa esto con lo anterior? Sigue diciendo que el 76% cree que deberían proyectarse más películas españolas en las salas de cine, cuando está demostrado que hay un exceso de producción anual de películas, que se estrenan sin que nadie las vaya a ver. El 44% opina que hay demasiado sexo en el cine español. Si en los tiempos que vivimos eso lo opina el 44%, indica que existe una autentica obsesión por el sexo en las películas españolas. Sólo un 27% piensa que el cine español es de izquierdas. Esto es más preocupante, pues es también de una evidencia solar que la inmensa mayoría del mundo del cine en España está alineado con la política del partido socialista. Pero lo mejor es la conclusión del informe que reza así: "En suma, al público español le gusta el cine español si es bueno, y no le gusta si es malo". Fantástico. Yo me apunto absolutamente a esa afirmación. Y creo que hay buen cine español, pero 5 o 6 títulos de cada 100.

En fin, es un informe chocante, que sirve de poco si además de alegrar el día a los productores de EGEDA no se refleja en los datos de recaudación. ¿De qué sirve que la gente diga que el cine español es bueno sino paga por verlo? Quizá se piense que la imagen del cine español puede cambiar a base de informes engañosos, pero cuando se trata de dinero, el espectador no sólo quiere buenas palabras, quiere hechos.

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