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ACEPTAR LA HISTORIA

El pedestal de Zapatero

Un heredero selectivo y sectario de la historia de su pueblo, pensé, al ver el relato de la noticia en televisión española. Yo creo que el golpe a la estatua de Franco no es positivo para Zapatero, pues da muestra de mezquindad, falta de generosidad e incapacidad para buscar la reconciliación y la convivencia entre todos los españoles.

Un heredero selectivo y sectario de la historia de su pueblo, pensé, al ver el relato de la noticia en televisión española. Yo creo que el golpe a la estatua de Franco no es positivo para Zapatero, pues da muestra de mezquindad, falta de generosidad e incapacidad para buscar la reconciliación y la convivencia entre todos los españoles.
Retirada nocturna de la estatua de Franco

Además, resucitar el "peligro del fascismo", como en el año en que empezaron la guerra civil (1934), el día en que los periódicos se refieren a militantes socialistas mezclados con los terroristas del 11M es muy fuerte. Zapatero debe saber que suscitar el odio es fácil, erradicarlo es muy difícil. No es esto lo que necesitamos y lo que pedimos a un gobernante que desea gobernar para todos.

Del episodio de la estatua, lo de menos es su retirada, desplazamiento, ocultación o reubicación. Es discutible, aunque yo prefiero aceptar la historia con sus luces y sus sombras, antes que falsearla con éstas y otras cosas. Rubalcaba dijo que a él no le gustaba ver ahí esa estatua. Hombre, si es cuestión de gustos…, a mí no me gusta verle en la tele, no por lo que dice, pues ya le conozco desde los tiempos oscuros del felipismo, sino porque no inspira credibilidad. Tampoco me gusta ver a Zapatero hablar moviendo las manos, marcando la dirección de su retórica en forma de dos vías paralelas, porque me sugiere que su proyecto viene en tren...
 
Lo más significativo de esta hazaña gloriosa es la maldad, la nocturnidad, la alevosía y la finalidad con la que ha derribado la estatua del dictador muerto hace treinta años: hacer un regalo a Carrillo que, según la historia, es el responsable de más de 5.000 asesinados en Paracuellos del Jarama. No entiendo por qué no optó por regalarle la estatua cercana del “Lenin español”, el socialista Largo Caballero, sería lo más lógico y coherente por razón de gustos. Carrillo no es un hombre para ser admirado e imitado; más bien para ser compadecido, perdonado y aceptado sin más. A propósito, ¿ha pedido perdón públicamente a los familiares de los asesinados en la guerra en Madrid?
 
Para los cristianos toda la historia es historia de salvación; todo lo que nos pasa lleva implícito la interpelación de Dios y la invitación a buscar el camino de la justicia, la verdad, el bien y la paz. Estos días de Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús hacen memoria de la irrupción de Dios en la Historia sobre el pedestal de la cruz. Desde aquí, con Cristo, contemplamos nuestra historia; y no encontramos en ella a hombres buenos y malos, sino a toda la humanidad invitada a caminar hacia la plenitud de su vocación. En el movimiento de altos y bajos de la historia, encontramos a cada ser humano que, sin rebajar en nada su dignidad de hijo de Dios, es sujeto y autor de grandes progresos y también de grandes males; y de todo ello, con nuestro trabajo, nos hacemos herederos, solidarios y responsables con las generaciones pasadas, presentes y futuras.
 
La historia del siglo XX ha conocido los totalitarismos del marxismo revolucionario, del comunismo, del fascismo y del nazismo, y más tarde, de la Seguridad Nacional; y ha conocido también dictaduras personales. De todos, el más sanguinario y brutal fue y sigue siendo el socialismo real o comunismo. Todos son rechazables porque son intrínsecamente perversos; contrarios a la dignidad de las personas, pervierten la convivencia y ofenden los designios del  Creador.
 
Una lectura creyente de nuestra realidad, me obliga a no ser ingenuo y a preguntar siempre con este criterio: ¿Qué signos de vida y de paz descubro en todo lo que está pasando? ¿Qué aporta de positivo a la convivencia de los españoles? Desgraciadamente, vengo constatando que el actual gobierno, antes que gobierno de todos, se parece a un entramado de intereses, poder, deslealtades y arbitrariedades. Zapatero ha venido a resucitar los lenguajes y las formas del rencor, el resentimiento, el ajuste de cuentas con la historia, la división y el enfrentamiento. Y, a continuación, nos dice que en esto consiste la normalidad democrática; que va a implantar en la escuela una asignatura sobre educación para la ciudadanía; y, en la calle, va a levantar una estatua a la concordia...
 
Pero, ¿Cómo pretendemos que acepte la historia que no vivió, si rehuye la historia sobre la cual se ha levantado su pedestal? Eso es quizá lo que le pasa,  que no termina de aceptar, con humildad y voluntad de reconciliación, que su pedestal está levantado sobre la manipulación de un golpe que segó la vida a 192 personas, hirió a más de 1500 y dejó profundas heridas en muchos millones. Temo que ni él ni sus elegidos saben hacerlo, pues se mueven con tal desfachatez que da la impresión que saben que a ellos nunca les pasará nada, ellos gozan de impunidad. 
 
Si Zapatero quiere ser el Presidente del Gobierno de todos los españoles (que no lo está siendo), debe dejarse de frases ingeniosas y cosas parecidas. Yo le pido que escuche y respete a todos los ciudadanos; que no discrimine a las víctimas del terrorismo y no haga reparto de los muertos; que no obstaculice ni desprecie la libertad y la voluntad de participar de amplios sectores de la sociedad. El gobierno de una nación está constituido para promover y garantizar la unidad colectiva y la convivencia de todos, fundada en los valores de la justicia, la igualdad, la libertad y el pluralismo. Un gobernante que se manifiesta heredero selectivo y sectario de la historia de su pueblo, está incapacitado para gobernar rectamente para todos.
 

Juan Souto Coelho es miembro del Instituto Social "León XIII".

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