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ISLAM Y CRISTIANISMO

Sumisión

Hace unos días, Theo van Gogh, un pariente del pintor holandés, fue asesinado. Había filmado, junto a Ayaan Hirsi Ali, un documental titulado Sumisión, en el que, al parecer, se habla de la difícil situación de la mujer musulmana y se ataca duramente al Islam; lo cual les valió a los dos encontrarse en una situación similar a la de Salman Rushdie tras la publicación de Versos satánicos.

Hace unos días, Theo van Gogh, un pariente del pintor holandés, fue asesinado. Había filmado, junto a Ayaan Hirsi Ali, un documental titulado Sumisión, en el que, al parecer, se habla de la difícil situación de la mujer musulmana y se ataca duramente al Islam; lo cual les valió a los dos encontrarse en una situación similar a la de Salman Rushdie tras la publicación de Versos satánicos.
Fotograma del documental Sumisión, que le costó la vida a Theo van Gogh en Holanda
Este otoño, que tardíamente ha traído la lluvia, llena a Madrid de grandes exposiciones de pintura. En la de Gauguin y los orígenes del simbolismo, junto al Cristo en el huerto de los olivos del pintor parisino, hay dos olivares cautivadores de Vincent van Gogh que, con sus colores inalcanzables y su enérgica y atormentada pincelada, parecen invitarnos a dejar que el misterio de Getsemaní nos llene por dentro.
 
Hace unos días, Theo van Gogh, un pariente del pintor holandés, fue asesinado. Había filmado, junto a Ayaan Hirsi Ali, un documental titulado Sumisión, en el que, al parecer, se habla de la difícil situación de la mujer musulmana y se ataca duramente al Islam; lo cual les valió a los dos encontrarse en una situación similar a la de Salman Rushdie tras la publicación de Versos satánicos. Todo hace pensar que el asesinato no ha sido sino la ejecución de un edicto religioso que pende todavía sobre la vida de la coautora, política holandesa de origen somalí. No he visto el documental, no sé, por tanto, si es o no respetuoso en sus críticas, pero, aun en el supuesto de que fuera irreverente, no creo que por eso deba alguien pasar a la condición de reo de muerte y mucho menos por un edicto al margen de los tribunales holandeses.
 
Theo Van Gogh, asesinado por criticar al IslamLa película se titula Sumisión, que es lo que significa Islam, aunque con frecuencia oímos decir que significa paz y tolerancia, pero esto no es exacto. Ciertamente islam y shalam (paz en árabe) tienen un antepasado etimológico común, lo mismo que el shalom hebreo. Pero islam es una palabra derivada del verbo aslama, que significa someterse o abandonarse a algo o alguien. Y ciertamente el Islam es eso, y no sólo semánticamente, es el acto de someterse a Dios, a un Dios que no puede ser concebido como Padre. Es más, la Paternidad divina del cristianismo es algo que repugna al sentir musulmán. En el Islam la relación con Dios es sumisión.
 
El angustiado Cristo en el huerto de los olivos de Gaugin le dice a Dios ante su cercana pasión: “Abba, Padre, todo te es posible; aleja de mí este cáliz, pero que no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú” (Mc 14,36). Le llama Abba, que no significa simplemente Padre, en arameo significa Papá. Así, con la palabra de mayor intimidad con que los hijos en este mundo se dirigen a sus padres. Pero el cristianismo no solamente cree que Dios tiene un Hijo desde la eternidad y que se ha hecho hombre, es que además afirma que el Padre de Jesucristo quiere adoptarnos a todos los hombres por hijos suyos y así, teniendo un Padre común, ser todos los hombres hermanos. En el cristianismo, la relación con Dios no es sumisión, es filiación.
 
Tocqueville, como recientemente ha recordado Agapito Maestre, en su viaje a Estados Unidos se dio cuenta de que no había solamente unas instituciones jurídicas y políticas aconfesionales en aquella democracia, sino que a la par había una sociedad que se movía impulsada por unos valores religiosos o, mejor dicho, cristianos. Ciertamente no basta con que el Estado sea formalmente democrático para que haya democracia, es necesaria una sociedad, al servicio de la cual está aquel, en la que vital y vigorosamente estén activos unos valores. Pero esto no es fruto del azar. Nos parece normal hablar de fraternidad e igual dignidad entre los hombres, pero esto sólo es posible si tenemos un Padre común, lo cual únicamente se da en el cristianismo; fuera de éste, hablar de hermanos no pasa de ser retórica. Sin un Padre común, los hombres no superamos el nivel de miembros de una especie o de conciudadanos, muchas veces nos quedamos en competidores o enemigos. No es casualidad que el humus de la democracia sea el cristianismo.
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